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“El crecimiento de las exportaciones de la provincia ha sido bestial”

El presidente de la Cámara de Teruel concede una entrevista a Go Aragón en la que repasa el estado de la economía en la provincia, los retos y oportunidades que se le plantean y cómo enfocará su segundo mandato al frente del órgano cameral.

Nacido en Madrid en 1971 y criado entre la capital española y Chile, Antonio Santa Isabel repite mandato en Cámara de Teruel. Este año fue reelegido en junio presidente de un organismo al que llegó tras pasar por otras entidades como la CEOE,  donde fue vicepresidente provincial.

Este empresario ha estado vinculado en su vida profesional a Telepizza, compañía de la que es franquiciado. Con ella llegó a la capital turolense, tras comenzar su recorrido como repartidor mientras estudiaba Empresariales en Madrid. “No la acabé  porque aprendí a jugar al mus muy bien”, bromea. Con un camino fulgurante, en pocos años llegó al cargo de supervisor y, de ahí, decidió dar el salto a franquiciarse en Teruel. Desde entonces, se ha involucrado en la vida social de la ciudad y  defiende la provincia “por encima de todo”, como afirma en esta entrevista para Go Aragón.

 

Has sido elegido por segundo año presidente de la Cámara de Teruel, ¿está satisfecho?

La verdad es que sí porque, en un principio, cuando empecé, la idea era estar un mandato solo y, entre la pandemia y otras circunstancias, ha sabido a poco. Hemos cambiado bastante la visión y el posicionamiento de la Cámara en la provincia de Teruel y queríamos continuar con el proyecto que habíamos iniciado un grupo de personas, en el que casi ninguno pertenecía al organismo. Éramos muy  novatos; yo, de hecho, ni conocía a la Cámara de Comercio, es curioso.

 

Además de consolidar lo iniciado, ¿también se plantean nuevos retos?

Sí, nuevos retos hay muchos. Sobre todo, hay que acabar proyectos que habíamos comenzado. La Cámara de Teruel fue la primera, porque luego las de Zaragoza y Huesca continuaron, en poner los multiservicios rurales en funcionamiento en la  provincia. Ha sido un proyecto reconocido en la Unión Europea que ahora se está copiando en otros países. La idea era continuar con estos multiservicios. Vengo del mundo de la empresa, de la franquicia, y quería que esos multiservicios rurales  fueran como una máster franquicia, que mantuviéramos la imagen. Ese era uno de los proyectos que teníamos encima de la mesa. Queríamos seguir trabajando en la internacionalización, porque es lo que ha hecho que la provincia dé este salto tan  importante. Estábamos buscando también el apoyo en ferias; al final, se va a las ferias típicas, las de Madrid, Valencia… por cercanía. Y este año hemos conseguido ir a una feria en Galicia o a otra en París. Hemos hecho cosas en el exterior  totalmente diferentes, por ejemplo, hace dos días hicimos una cata en línea de productos de Teruel para 16 países y con 600 cajas de productos que se han enviado para llevarla a cabo. Ha sido un exitazo.

Lo que buscábamos era innovar muchísimo y poner a la Cámara en boca de todos. Hace cuatro años, lo primero que hicimos fue contratar a una persona exclusivamente para redes sociales y comunicación. Lo que buscábamos es abrirnos y hacer  ver a la gente lo que realmente hace la Cámara de Comercio.

 

Los multiservicios rurales, ¿qué importancia tienen en una provincia como la de Teruel?

Toda. Al final, cuando en un pueblo se cierra la última panadería o el último bar, el pueblo ha  muerto. Entonces, ¿qué conseguimos con los servicios rurales? Hacer una tienda, bar, hotel, puesto de recogida de paquetería… todo, en una sola tienda. Lógicamente, debe tener apoyo, el institucional, desde el ayuntamiento, la diputación, la  comarca y el Gobierno de Aragón, hasta la persona que viene a jugarse su dinero, que es aquella que lo va a gestionar. Es un invento de la Cámara de Teruel de hace 20 años y ha funcionado en plena pandemia, cuando la gente no podía ir al  supermercado, porque no te podías desplazar. Se convirtieron en puntos de distribución de producto y de comunicación con el exterior en muchos casos, porque también tenemos problemas de conexión. Al final, se le dio el valor real que tenía y,  desde entonces, ha habido mucho más apoyo institucional que en ningún año. De hecho, en 2022 han venido unos fondos de la Unión Europea que, con lo que ha puesto la DPT, han alcanzado los 700.000 euros. Se han invertido en 70  multiservicios y les hemos dado una vuelta totalmente. Y hemos presentado otro proyecto para terminar de completar los multiservicios, para que todos tengan taquillas digitales, tecnología central de compras y tarjetas de fidelización para los  clientes. Hemos lanzado bonos en las zonas rurales para que resultara más positivo comprar en el pueblo que en una gran superficie, con bonificaciones al 30% de la compra.

Creo que ahí es donde se ha dado un vuelco y los multiservicios, para mí, son una de las grandes ideas y, de hecho, lo están copiando muchos países de la UE. Durante los últimos 5 años, hemos estado en el programa europeo  Sarure , éramos los  líderes nosotros y, gracias a eso, esta idea ha obtenido un montón de premios y se está llevando a cabo en muchos países.

 

¿Se podría decir que estos multiservicios han servido también para vertebrar territorio?

Totalmente. Estamos hablando de que, al final, son un punto de reunión. Yo parto desde la base de que salvar un territorio es muy difícil, muy complicado; salvar 200 y pico pueblos en la provincia es imposible. Pero lo que no podemos hacer es,  porque sea imposible, tirar la toalla. Tenemos que buscar qué puntos se pueden salvar; a lo mejor, las cabeceras de comarca, a lo mejor, no solo ellas, sino el siguiente pueblo de esa misma comarca… Lo primero, tenemos que dotar a esas  poblaciones de unos servicios mínimos y, luego, debemos dejar que, por la propia economía, se vea si es rentable o no. Creo que eso es en lo que se está trabajando y pienso que se está trabajando bien.

 

Hace muy poco se entregaron los premios Pyme Teruel, que entrega la Cámara con el Banco Santander…

Son un reconocimiento a pequeñas empresas de la provincia. Siempre digo que, cuando entré en la Cámara, sabíamos de dos o tres  empresas muy potentes de la provincia, pero, cuando empiezas a visitar las empresas, cuando vas a sus sedes y ves lo que tienen, el volumen que manejan, su posicionamiento en el mundo, no en España o en Europa, dices ‘cuidado’. Lo que pasa es que el empresario de la provincia de Teruel ha sido siempre, vamos a llamarlo tímido. No le ha gustado hablar de sus bondades, ha sido muy discreto, ha pasado muy desapercibido y no le ha gustado involucrarse. Eso ha jugado a favor, porque  han crecido sin que nadie les esté molestando, pero también en contra, porque han sido unos grandes desconocidos. Entonces, cuando hemos empezado realmente a conocer las empresas que tenemos en la provincia, nos hemos sorprendido. El  Bajo Aragón tiene unas empresas bestiales, alucinaría la gente si fuera a visitarles. Estamos hablando de algunas que igual son las segundas en lo suyo del mundo y nadie lo sabe. La Cámara las está sacando un poco a la luz porque es importante. 

Y luego, ha cambiado mucho el escenario. Antiguamente, el empresario como tal, en España, era un señor que se encerraba y que no quería que nadie supiera lo que hacía. Su estrategia era su estrategia. Eso ha cambiado en el  mundo, ahora compartimos las estrategias. Es verdad que hay puntos que no se pueden comentar, lógicamente, pero, al final, lo que tienen las empresas es mucha comunicación entre ellas. Y eso es lo que hemos buscado desde el Club Cámara,  donde compartimos esa información. Esa comunicación entre empresas nos ha ayudado a acelerar los procesos.

 

Uno de estos galardones se centra en la internacionalización, ¿cómo está la provincia en ese sentido?

Teruel, en los últimos 8-9 años, no ha parado de crecer, ni siquiera en crisis o en pandemia. Es decir, el crecimiento de las exportaciones de la provincia ha sido bestial. Estamos hablando de crecimientos del 10-12% y, en número de operaciones,  de un 30%, que a mí es lo que me vale. Cuando vemos un número de operaciones muy alto, eso significa algo muy importante, y es que muchos pequeños están entrando a exportar. Y eso es muy positivo. Creo que la pandemia nos ha ayudado  a digitalizarnos mucho más rápido, cada uno en función de sus necesidades. Yo soy de los que defiende que la digitalización no es como la estamos vendiendo; hay que digitalizarse en función de lo que cada uno necesita. Lo que han conseguido  estos dos últimos años las empresas es digitalizarse y salir al exterior, y eso nos ha ayudado mucho, sobre todo, en el sector agroalimentario, que es bastante potente en la provincia y que se ha disparado en los últimos 6-8 años. Y luego, en  industria hemos tenido un crecimiento bastante importante.

 

¿Qué acciones se llevan a cabo desde la Cámara para ayudar a las empresas a internacionalizarse?

Esto es el gen de las Cámaras. Principalmente, su labor es internacionalizar. Hay un departamento de internacionalización al que viene la empresa,  nosotros le decimos lo que tiene que hacer, elaboramos un análisis y le empezamos a poner en contacto con otros empresarios. Nuestra función principal es la internacionalización y por eso tenemos esa red cameral en todo el mundo que funciona  tan bien. El que quiere sacar su producto fuera, lo tiene facilísimo.

 

Hablando de agroalimentación, ¿qué peso tienen sellos como la Denominación de Origen Jamón de Teruel?

Toda. Debemos tener en cuenta que la Denominación de Origen Jamón de Teruel fue la primera de este país, con lo cual, ya tiene un peso importante por serlo. Pero tenemos tres denominaciones en total, con la del melocotón y el aceite. Creo  que el jamón de Teruel, por ser el primero, ha sido pionero y el que ha abierto el camino al resto de las denominaciones y las IGP (Indicación geográfica protegida) que se están sumando ahora. No hay que olvidar que, en agroalimentación,  tenemos productos como el último que se acaba de incorporar, que es la trufa, en la que somos los mayores productores del mundo. Lo debemos buscar es poner en valor lo que tenemos y es verdad que Teruel, en muchos aspectos, ha ido un  poco acomplejado. Y no debemos tener ningún complejo. Siempre digo que soy un defensor de Teruel a muerte y no soy de Teruel. No tengo ni vínculo con Aragón. Pero me he hecho de Teruel y ahora lo defiendo por encima de todo.

 

E infraestructuras como el aeropuerto y espacios como Motorland, ¿qué significan para la provincia?

Has nombrado dos de las tres patas más importantes de la provincia. Faltaría Dinópolis. Creo que hay que diferenciarlas, Dinópolis es una pata turística que ha cambiado la vida de la capital y de muchos pueblos de alrededor. Luego tenemos la parte  conómica, que creo que es el aeropuerto, un gigante que ha demostrado que se pueden hacer cosas diferentes. Es un aeropuerto que está en boca de todo el mundo. Económicamente está demostrando que es viable y que cada día tiene unos  crecimientos que multiplican las propias empresas que hay dentro del aeropuerto. Y  Motorland  es el patito feo de Aragón y creo que no se ha trabajado como debería. La gente se ha pensado que es un circuito para una carrera y se ha  abandonado por la parte política bastante. Creo que hay que hacer un trabajo, sobre todo, de marketing, porque no deja de ser un producto que está sin medir. Cuando llega el Gran Premio y vemos Motorland Aragón en todos los medios de  comunicación, eso lo ven 136 países, millones de personas, y la repercusión es en Aragón, no es Motorland Alcañiz o Teruel. Me gustaría saber, en el caso de que estuviera en la provincia de Zaragoza, si habríamos terminado la autovía o hubiéramos  hecho ya ocho hoteles alrededor. A veces, hay que apostar, y hay que hacerlo en serio. Y, en el tema de Motorland, ha habido un poco de freno de mano.

 

¿Qué diagnostico hace de la economía de la provincia?

Creo que goza de buena salud, está funcionando bastante bien, para la que tenemos encima; el problema con la energía, con las materias primas, con el transporte… creo que nos preocupa mucho más la mano de obra, es un problema que  tenemos real. Hay un 3% de paro, que no es paro, estamos en un momento en que, realmente, nos falta gente. Tenemos que aprender a hablar del territorio, a decir cuáles son sus virtudes. Tenemos calidad de vida. Cuando yo me vine a vivir a  Teruel, mis hijos eran muy pequeños y ahora tienen 23 y 24 años y puedo decir que estos años no los cambio por nada, porque he tenido tiempo para mis hijos, para mi trabajo, para mis amigos, para ir a Madrid y pasármelo muy bien, para viajar…  y todo, con las comunicaciones que tenemos, que no son las que nos gustarían. Tenemos que cambiar la mentalidad, saber lo que queremos realmente, si queremos vivir estresados o con tranquilidad y disfrutar de la vida. Y el que viene a vivir a la  provincia de Teruel, disfruta.

 

¿Qué sinergias hay con las cámaras de Huesca y Teruel?

Tenemos una relación excelente. Cuando entré, desconocía lo que eran las cámaras y me encontré enfrente a dos presidentes que llevaban 10-12 años. Eran veteranos. La acogida fue muy buena y ahora, la relación es excelente. Ha habido un  cambio de presidencia en Zaragoza y nuestra relación con el nuevo presidente es excelente, nos llevamos muy bien, tenemos conversaciones semanales. Con el de Huesca, lógicamente, tengo más relación porque llevo cuatro años (en el cargo).  Pero ya no solo en la Comunidad, sino fuera. Tenemos una relación con las cámaras catalanas, valencianas, la de Soria, Cuenca… con las que tenemos alrededor, de conversaciones casi directas; y eso es muy positivo.

 

Quedan cuatro años de presidencia por delante, ¿qué legado te gustaría dejar en la Cámara de Teruel?

Me gustaría dejar una Cámara que, por lo menos, todo el mundo la conozca, que sepa que es una referencia económica. Y, lo mejor, que las instituciones se apoyen más en las cámaras, porque creo que es muy importante. Cuando se quiere hacer  algo potente, se debe recurrir a las cámaras porque tienen sedes en todo el mundo. Las administraciones se tienen que apoyar mucho más en las cámaras, y también las empresas.


Fuente Marcos Diaz de Go Aragón.